Otra mala noticia: el poeta Alberto Ibáñez ha tenido que aplazar su presentación de mañana por motivos familiares. Le mandamos un abrazo cariñoso y le dedicamos uno de sus poemas de “Rimas a contracorriente”.
Ánimo Alberto.
Tercetos asonantados, endecasílabos
y encadenados: “como yo”
Por fin me atrevo a cubrir tu senda
sembrando cada uno de mis versos
como tallos nuevos de afilada hierba:
Porque tú has sido: “El desfiladero”
por donde debía cabalgar este caballo
si quería alcanzar su abrevadero.
“La lanza que me entró por el costado”
pero en nuestro Vía Crucis no advertiste
¡No era Cristo sino el ladrón de al lado!
“Coral rojo que formó un arrecife”
donde embarrancó mi frágil barquilla
pudriéndose por dentro hasta hundirse.
“Aquel agua lentamente hervida”
que de improvisto te cae sobre el rostro
¡Y escuece de noche como cal viva!
“Campo verde que mira el niño cojo”
campo de fútbol donde los demás
correrán tras el balón sudorosos.
“Sordera que sumió en la soledad”
a un Beethoven anciano componiendo
sinfonías que nunca podría escuchar.
“Examen que este alumno ha suspenso”
cuyos temas sabe perfectamente
y no existe extraordinario en febrero.
“Único fármaco para un demente”
cuya locura parece incurable
y te mira con los ojos ausentes.
“Patera a diez metros de vararse”
y en la playa la Guardia Civil
detiene a su asustado pasaje.
“De un cortometraje: principio y fin”
de una escultura o de un gran lienzo
la abstracción 50 que yo nunca entendí;
¡Y de mi escena vital: Teatro negro!